Unas 200 mujeres son diagnosticadas a diario con cáncer de mama en Alemania. Y, aunque puedan vencer la enfermedad, frecuentemente suelen quedar cicatrices en el cuerpo y en el alma. Pero existen algunas maneras de contrarrestarlas. Guau
. Así reacciona Anja D., con esta palabra y un silencio casi reverente, cuando observa por primera vez su nuevo pezón en el espejo. Desde lejos, es imposible reconocer que el pezón izquierdo no es auténtico. Se trata en realidad de un tatuaje.
Anja D. relata que sufrió una modalidad agresiva de cáncer de mama en 2021. Al diagnóstico le siguió la quimioterapia y una mastectomía.
El año pasado, esta mujer de 57 años se hizo moldear un nuevo pecho a partir de la grasa de su vientre. Pero hasta ahora no se había sentido cómoda.
Antes no tenía problemas con la desnudez, pero ahora me avergüenzo con frecuencia
, explica esta empleada de oficina. Por tanto, el nuevo pezón debe convertirse en el cierre de una historia de sufrimientos. Espero de esta manera haberle puesto punto final a este episodio
, señala.
Para Anja D., una mujer vital y comprometida, el pezón no es solamente la cereza del pastel
, como ella misma dice, sino que vuelve a completar su ser.
Anja D. conduce una Harley, fue modelo y también habla vívidamente de momentos difíciles de su vida. Sin embargo, cuando ve el tatuaje por primera vez, de repente se tranquiliza y se relaja. Por fin vuelve a tener el mismo aspecto. Eso es bueno
, dice suspirando ligeramente.
Según un estudio efectuado por investigadores italianos, la reconstrucción del pezón es una parte esencial de la reconstitución mamaria desde el punto de vista de las pacientes con cáncer. Además, las complicaciones con los tatuajes son relativamente raras.
Las pacientes con reconstrucción de pezón presentan una mayor satisfacción general y estética
, escriben los autores. Científicos coreanos constataron en un estudio que las personas con tatuajes en el pezón se sienten especialmente satisfechas. Según investigadores australianos, la satisfacción continúa incluso años después.
Los tatuajes algunas veces los hacen médicos y otras, artistas. A Anja D. se lo grabó el tatuador Andy Engel.
Había leído en Internet historias de mujeres que habían ido a médicos que rara vez hacen tatuajes. Algunos no tenían nada que ver con los pezones naturales
, dice Anja D. Por ejemplo, el color era más bien gris. Por eso ella prefirió a alguien que realmente supiera de tatuajes.
El estudio de tatuajes de Engel está acogedoramente amueblado y decorado para el invierno. Fotos e imágenes de Engel con músicos de rock, Bud Spencer y miembros de su familia cuelgan de las paredes.
El procedimiento de pinchazos duró una media hora y el tratamiento completo, entre dos y tres horas. Primero, Engel tomó una foto del pezón sano y la utilizó para hacer un modelo para el pezón artificial.
Engel tatúa, junto con una colega, entre 200 y 250 pezones al año.
La idea surgió en 2008 de una clienta
, cuenta Engel. En realidad, se hizo conocido por sus retratos realistas de personas y animales.
Sus clientes deben aguardar varios años hasta poder concretar una cita, aunque en el caso de las pacientes de cáncer, les brinda prioridad.
Engel desarrolló sus propios colores para la reconstrucción del pezón e incluso presenció operaciones mamarias. Varios artistas del tatuaje de Alemania, Austria y Suiza trabajan ahora siguiendo sus principios.
Después de la cita para el tatuaje, las mujeres pueden regresar durante un año y medio para retocarse. Se tarda más o menos ese tiempo en ver completamente cómo quedan los colores
, puntualiza Engel.
El seguro médico de Anja D. paga los casi 2 mil euros (unos 2 mil 210 dólares). Según el estudio de tatuajes, 60 por ciento de los seguros de salud cubren los gastos en su totalidad, 20 por ciento lo hacen parcialmente y el 20 restante no se hace cargo en absoluto.
Anja D. cambió de seguro médico especialmente para el tatuaje y le enoja que su anterior aseguradora no cubriera su caso. El cáncer de mama no es un paseo por el jardín
, afirma.
Además de las dolencias físicas, el sistema médico resultó una gran carga para ella. Frecuentemente, relata, se encontró con personas hastiadas. Y luego tener que luchar finalmente todavía por el tatuaje, aunque el tratamiento previo costara tanto… no lo entiendo
, afirma.
El pezón se convirtió en el segundo tatuaje de Anja D., ya que en la parte superior de su brazo aparece grabado el motor de una Harley Davidson. Los tatuajes no solamente suelen tener un impacto estético, sino también sicológico, y más en pacientes de cáncer.
Un tatuaje puede ser un paso hacia la recuperación del dominio sobre el cuerpo y la propia historia de vida, como escribe la científica Kristin Langellier en el capítulo de un libro titulado You’re marked -Breast cancer, tattoo, and the narrative performance of identity.
Además, los tatuajes pueden ayudar en la superación de etapas difíciles de la vida, por ejemplo tras la muerte de un ser querido o un abuso, porque ayudan a elaborar experiencias traumáticas y a situarlas dentro de la propia historia.
Los tatuajes de pezón son considerados médicos, que se realizan no solamente después de cáncer de mama, sino también en el caso de personas trans.
Otra forma de tatuaje médico es cubrir cicatrices. Por ejemplo, las marcas de operaciones de pecho pueden decorarse con zarcillos de flores. Engel también tatúa faloplastias de personas trans para darles el color corporal adecuado.
Algunos días después de su cita para el tatuaje, Anja D. asegura estar feliz con la obra de arte sobre su piel. Estoy encantada de haberlo hecho
, concluye.