En las últimas semanas, la guerra por el maíz transgénico entre el gobierno de México y Estados Unidos, con respecto a su importación al país, sigue causando revuelo. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que en nuestro territorio tenemos suficiente maíz, y la prohibición del maíz amarillo se vuelve latente.

Asimismo, el mandatario aseguró que no cederá en el tema y México no importará este producto genéticamente modificado, pues trae consigo diversos riesgos para la salud en los seres humanos.

Según Greenpeace, los transgénicos son seres vivos modificados a través de ingeniería genética, así, logran “saltarse” la selección natural o forzan la hibridación entre especies y reinos de la biología que, naturalmente, no podrían cruzarse.

“El objetivo de la biotecnología aplicada a la agricultura es controlar la producción de alimentos, con el fin de lograr mayores ganancias para empresas como Bayer-Monsanto, Syngenta, DuPont-Pioneer y Dow AgroSciences. Al desarrollar estos organismos tratan de dominar los granos básicos que alimentan a la humanidad: maíz, soja, canola, algodón, sorgo, arroz y trigo”, sentencian en su sitio web.

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Aunque tiene algunos beneficios, el consumo del maíz transgénico también ha alertado a expertos, pues señalan que algunos cambios genéticos pueden ser inesperados o dañinos para el ser humano, y podrígan generar alimentos que son menos nutritivos.

Cabe reiterar que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), ha evaluado todos los almimentos transgénicos y señala que son seguros para el consumo.

Por otro lado, Greenpeace recuerda que en 2015, más de 300 investigadores independientes firmaron un documento donde exhortaban que se revisara todo cultivo transgénico, pues “no existía un consenso científico sobre su seguridad”.

Otro punto en contra de este cultivo es que daña al medio ambiente, según Lourdes Mosqueda, ingeniera agrónoma por la Universidad Nacional Autónoma de México.

“La siembra de transgénicos ocasiona que el suelo pierda nutrientes, por lo que afecta flora y fauna beneficiosa al suelo como bacterias e insectos, además de que erosiona la tierra y contamina el agua”, dijo. Mientras, su cultivo requiere que se inyecten grandes cantidades de fertilizantes sintéticos para acrecentar el nivel de nitrógeno en el suelo, produciendo óxido nitroso.

Así, son decenas las marcas que producen y comercializan el maíz transgénico en México, Radio Fórmula contabiliza algunas de ellas:

▸La Corona
▸Aurrera -Wall Mart
▸Capullo (Associated Food, ABF)
▸Herdez
▸La Patrona
▸Maravilla
▸Mazola (ABF)
▸Nutrioli (Conagrafoods)
▸Primor
▸Soraya
▸Enfapro (Mead Johnson)
▸Nestlé
▸Miel Karo (ABF)
▸Coca Cola
▸Pepsico
▸Jumex
▸Cal-C-tose
▸Carlos V
▸Chocomilk
▸Hershey´s
▸Larín
▸Mars
▸Milo
▸Milkyway
▸MNM´s
▸Nesquick (Nestlé)
▸Reesse´s
▸Turín
▸Twix
▸Bachoco
▸Alpura
▸Bio4 (Lala)
▸Chalet (Sygma)
▸Kraft
▸Country Valley
▸Danone
▸Lala
▸Natillas Yoplait (Sygma)
▸Primavera (Unilever)

Estados Unidos produce aproximadamente el 89 por ciento del maíz transgénico, entonces, reducir su exportación se volvería un poblema en la economía norteamericana.

Mientras, México conserva al menos 59 razas de maíz, por lo que expertos reiteran y no debería recibir el producto de otros países. Algunos señalan que la restricción a las importaciones transgénicas tendría efectos en la producción agroindustrial.

“Los importadores pagarán un 26 por ciento más por las importaciones de maíz no transgénico, e incluso con la aplicación de subvenciones a la importación de maíz no transgénico, estas serán insuficientes para reemplazar el maíz excluido”, según un análisis elaborado por la firma legal Holland & Knight.