Ciudad de México. La escasez de agua es el principal factor que ocasionó pérdida a las unidades de producción agropecuaria activas en México, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De aquellas unidades que presentaron problemas por algún factor climático o biológico, 72.2 por ciento tuvo un siniestro climático debido a las sequías y 12.8 por ciento por inundaciones. De los factores climáticos asociados con el agua, en 31 entidades federativas la sequía fue el principal factor de pérdida para las unidades de producción agropecuaria activas en el país.

Ante esta problemática, los costos de los alimentos frescos se han mantenido elevados y con alta volatilidad. De acuerdo con datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor, el sector económico primario (agrícola y ganadero) presentó una inflación anual de 17.31 por ciento en 2021; en 2022 fue de 10.22 por ciento y en 2023 de 8.96 por ciento. Así, la carestía en México sigue elevada.

Una prueba de la volatilidad se dio a principios de año, con el disparo de los precios del jitomate y la cebolla, que incidieron en el rebote de la inflación general en el país.

De los factores climáticos asociados con el agua, en 31 entidades federativas la sequía fue el principal factor de pérdida para las unidades de producción agropecuaria activas en el país. Las inundaciones sólo se presentaron en Tabasco.

Con motivo del Día Mundial del Agua, el Inegi recordó las razones para gestionar y utilizar este recurso de manera sostenible. En la agricultura, la eficiencia en el uso del líquido es clave para la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente.

Con base en información del Censo Agropecuario 2022, del Sistema Nacional del Agua, así como del Sistema de Información de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del Catálogo Nacional de Indicadores, México tiene por lo menos 13 usos del líquido, de los cuales 12 se clasifican como consuntivos (volumen de agua de una calidad determinada que se consume al realizar una actividad específica).

Entre éstos, el uso agrícola destacó como el de mayor consumo en 2020 y representó 67.52 por ciento del volumen total del recurso.

El rendimiento de la superficie sembrada mediante temporal fue de 77.92 por ciento, mientras el de la agricultura por riego fue de 94 por ciento.

Sistemas de riego

En México se utilizan diversos sistemas de riego en función de la región, cultivo y posibilidades de cada unidad de producción agrícola. Los más comunes son: riego por gravedad, por goteo, por aspersión y por bombeo.

El Censo Agropecuario 2022 reportó 870 mil 853 unidades de producción agropecuaria activas y con superficie de riego. En 66.75 por ciento de éstas, se preguntó sobre su sistema de irrigación. Los resultados definitivos arrojaron que 79.18 por ciento de las unidades implementó el riego por gravedad; 12.76 por ciento, por goteo, y 10.87 por ciento, por aspersión.

La agricultura, como actividad esencial para el desarrollo humano, depende en gran medida de la disponibilidad y distribución adecuada del agua. Este recurso no sólo actúa como el catalizador que nutre la tierra y permite el crecimiento de las cosechas, sino que también desempeña un papel crucial en la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas.